Haciendo "zaping" pude escuchar en el destestable noticiario de la destestable cadena antena 3 que colgar zapatillas de los cables de la electricidad es una especie de arte, y que al parecer está de moda. Bueno, después de esta increible y fantástica noticia, siguió otra que versaba sobre el record de cortar una loncha de jamón de más de 14 metros, así que era obvio que era una de las típicas noticias de relleno que ponen en este "didáctico" noticiario, sobre todo en días de calma como los veraniegos en los que ahora nos encontramos. Así pues, sólo pude esbozar una medio sonrisa y a continuación cambié de cadena. Me hacía gracia, porque siempre en el barrio de mi niñez, en San Fernando provincia de Cádiz, habían colgados "tenis", como yo los llamo; o bambas como se dice en mi actual ciudad, Barcelona.
¿Arte?, no creo que en mi barrio hubieran demasiados artistas...en todo caso y como mucho, gente con arte. También se cree que es una señal de bandas para marcar el territorio, o un lugar de venta de drogas. Todo esto también se mencionó en aquel noticiario, pero a mi, no sé por qué me hace reir.. (quizás sea por pensar en el nombre de la posible banda, que podría ser devorolorkings). En cambio, la gente aprensiva que le otorga credibilidad a este noticiario caminará por la calle, y al ver unas "bambas" colgadas de un cable, pensará con desconfianza que está atravesando una calle "chunga". En mi caso, al ver esa escena, volveré a disfrutar de mis años de niñez, que tan atrás quedaron; en aquella calle de marujas, sentadas en sillas de playa alrededor del portal, tomando la fresca en verano. Aquella calle donde aún se jugaba al escondite, a los bolis, a los trompos o a las limas. O me vendrán a la memoria las tardes calurosas de levante, mirando hacia abajo desde la ventana de aquel cuarto piso, cómo el viento hacía moverse de un lado al otro al par de tenis roidos de turno, que aún aguantaban el paso del tiempo y la acción de la gravedad; y que con el tiempo serían acompañados o sustituidos por otros. Así recordaré aquellos años cuando el arte no era más complicado que las risas de unos niños corriendo por aquella calle tranquila llamada Río Frío.
